Por
alusiones creo que me toca contaros qué es esto del Proyecto Disraeli y porqué
estamos tan ilusionados con él. Y la verdad es que me cuesta encuadrarlo en una
sola definición…
En su origen
surgió como una forma de descubrir y socializar el conocimiento y el talento de
la organización. Nada más ver la luz él sólo se ha mostrado como un potentísimo
vector generador de redes informales y horizontales de comunicación. Pero
conforme va creciendo también se está convirtiendo en un excelente agente de
cambio de la cultura organizativa.
Y lo más
curioso de todo esto es que es un proyecto, como os decía José Antonio, muy
sencillo, muy pequeñito, muy rápido de implantar y bastante fácil (hasta la
fecha) de mantener… y estoy convencido de que estas características son unas de
las claves que han permitido que viera la luz y que funcionara tan bien como lo
está haciendo.
El proyecto, tal como
explicamos en el Pecha Kucha de las jornadas sobre innovación de Málaga, funciona como una
cadena en la que, en primer lugar, se elige a una persona de la organización por su excelencia a la
hora de desarrollar alguna tarea. El/la elegido/a (a partir de ahora
“Disraeli”) prepara un decálogo compartiendo las cosas que hace para ser tan
talentoso y graba un breve vídeo (2-3 minutos) presentándose y explicando lo
más relevante de su decálogo.
Una vez
compartido el decálogo y vídeo en sus respectivos canales al nuevo Disraeli se
le encomienda la tarea de descubrir a otros 3 nuevos Disraelis. Sólo hay dos
condiciones: No puede elegir a quien le eligió y como máximo sólo puede escoger
a un Disraeli de su departamento.
Como veis es
un sistema viral y de crecimiento exponencial. Nuestra ilusión es que todos los
integrantes de la Diputación lleguen a ser nombrados Disraelis, ya que todos,
absolutamente todos, somos especiales y excelentes en algo.
Para
compartir los decálogos (y vídeos) tenemos nuestra propia
página en Facebook donde además de
poder conocer a los nuevos Disraelis, también podemos interactuar y hablar entre
nosotros. Casi 300 comentarios y más de 2000 reproducciones de vídeos en apenas
dos meses dan una pequeña muestra del impacto. También hemos creado una cuenta
en Twitter @Proy_disraeli ¿Por qué no te animas a entrar a conocernos y
hablamos?
Antes de
acabar me gustaría hacer una pequeña reflexión que tiene mucho que ver con ese
cambio de cultura que os decía al principio del post.
Llevamos
demasiado tiempo actuando como si trabajo y alegría fueran conceptos
antagónicos. Llevamos demasiado tiempo creyendo que la única manera de motivar
a las personas es mediante incentivos
económicos, llevamos demasiado tiempo quejándonos de lo que otros hacen o dejan
de hacer.
Creo que
trabajo y alegría deberían ser una sola cosa, me rebelo ante la idea de tener
que pasar un tercio de mi vida haciendo algo triste. Creo que la motivación
económica está bien, pero es efímera. Creo que la verdadera motivación es la
que sale de cada uno de nosotros y ésta
aparece cuando creemos y queremos lo que hacemos. Y por último creo que ha
llegado el momento de que recuperemos el protagonismo de nuestras
organizaciones, sin excusas, levantando la vista y mirando a los demás pero
sólo para comunicarnos en positivo.
Este es el
espíritu Disraeli. Recordarnos que todos somos excelentes y capaces de grandes
cosas, recordarnos que estamos rodeados de gente maravillosa y capaz y que si
somos capaces de jugar en equipo no habrá partido que no ganemos.
Por último
quiero dar las gracias a todos los Disraelis, presentes y futuros. Gracias
porque con su valentía y ejemplo refuerzan mi creencia de que otra organización
es posible, más humana, más alegre, más cercana. Ha llegado el momento de las
personas. ¿No crees?